Páginas

viernes, 8 de julio de 2016

8 PASOS PARA AYUDARTE A TOMAR DECISIONES DIFICILES




Tomar decisiones es uno de los procesos que más angustia causa a muchas personas, en especial si son importantes o difíciles como cambiar de empleo o de país, o reflexionar si se debería dejar un trabajo para comenzar un negocio propio.

El gran problema aparece cuando tomar una decisión hace que te quedes paralizado, sin dar un paso adelante. En estos momentos tu vida no avanza, te quedas estancado en el mismo sitio mientras la vida sigue pasando, y muchas veces esto supone perder grandes oportunidades.

¿Por qué te cuesta tanto tomar decisiones?



Para poder tomar decisiones importantes o difíciles lo primero que debes entender es por qué te sientes así.

Cada persona es un mundo, y cada individuo puede tener una razón concreta para esto; pero para la mayoría de nosotros hay 8 razones principales por las que no nos vemos capaces de hacerlo:

El miedo al fracaso: las personas perfeccionistas son las que más sufren a la hora de tomar decisiones. Quieren hacer la elección perfecta, sin cometer ningún error, y por eso tienen tanto miedo a escoger una opción que les pueda llevar al fracaso.
Falta de confianza: muchas personas no quieren tomar decisiones porque les falta confianza en sí mismos. Creen que después de haberla tomado, no tendrán los conocimientos o habilidades suficientes para manejar esa situación, trabajo o tarea.
No ver las alternativas que existen: en la vida no sólo hay una respuesta A o B para elegir, ni las cosas son en blanco y negro. Hay otras opciones y muchos más colores. Pero a veces nos agobiamos tanto ante una situación que sólo somos capaces de ver una salida, cuando en realidad hay muchas otras alternativas.
Depender de otras personas: esto también tiene que ver con la falta de confianza. Sobre todo si nuestros padres nos han criado de manera sobreprotectora, o si somos personas inseguras, estamos acostumbrados a que otros tomen decisiones por nosotros. Y cuando la responsabilidad recae únicamente en nuestra persona, no sabemos qué hacer.
Evitar la inquietud: tomar una decisión es un proceso que nos suele llevar a dudar, y eso puede generar un malestar en nuestra mente. Por eso hay gente que lo evita para no tener que pasar por ese mal trago.
Procrastinar: la procrastinación significa que aplazamos para más tarde tareas o cosas que podemos hacer en este momento. Y ese es otro motivo por el que nos cuesta tomar decisiones. Preferimos dejar para más adelante una decisión que podemos tomar ahora por vagancia, para evitarnos esa angustia, o porque tenemos miedo de afrontar lo que viene.

Sea cual sea tu motivo, y esté en la lista de arriba o no, tomar decisiones es algo importante que debes aprender a hacer cuanto antes.

Las determinaciones que elijas serán las que hagan que tu vida mejore, siga adelante, y puedas disfrutar de las oportunidades que se te presentan.

Así que si eres una persona indecisa, que se bloquea en las situaciones más importantes, voy a enseñarte 8 pasos que te ayudarán a tomar decisiones de una forma más fácil y sencilla para que afrontes sin angustia los retos más difíciles que se te presenten.


8 pasos para tomar decisiones difíciles en tu vida
1. Escribe la decisión que debes tomar

Te parecerá una tontería, pero muchas personas se bloquean a la hora de tomar decisiones porque no saben exactamente qué es lo que deben decidir. Pasa más a menudo de lo que tú piensas.

Por eso el primer paso fundamental es saber qué quieres hacer, y escribirlo. La escritura es algo muy poderoso que nos ayuda a pensar mejor y ver las cosas desde otras perspectivas.

Si no sabes cuál es la decisión que debes tomar, te será muy difícil ver qué otras alternativas tienes para solucionarlo y dar el paso.

2. Este cambio ¿es una decisión a vida o muerte?

En la mayoría de los casos, para nosotros tomar una decisión importante es como enfrentarnos a una elección entre la vida y la muerte.

Llegamos a hacer de un pequeño problema que tiene fácil solución algo catastrófico. Pero como ya te habrás dado cuenta, en el 99% de las situaciones nuestra vida no corre ningún peligro.

No va a peligrar tu vida, ni la de tu familia, ni tampoco terminarás viviendo en la calle. Y si debes tomar una decisión en la que estás casi seguro de que perderás todo lo que tienes, lo más lógico es que NO tomes esa decisión.

Pensar en esto y quitarte ese gran miedo te ayudará mucho a centrarte en encontrar respuestas adecuadas para tu decisión.

Es cierto que quizás con lo que decidas debas hacer un cambio en tu vida, transformar tu rutina y salir de tu zona de confort. Pero recuerda siempre que eso es algo bueno, y que tu vida está a salvo y no te pasará nada.

3. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Vamos a ponernos un poco pesimistas. Con este ejercicio podrás ver que todo tiene solución, y que nada es lo que en realidad parece.

Piensa en la decisión que debes tomar, y qué caminos puedes elegir para resolverla. Y luego, piensa en lo peor que puede pasar en cada uno de ellos.

Por ejemplo, si necesitas decidir si seguir en tu trabajo a tiempo completo o despedirte para crear tu propio negocio, y pasar más tiempo con tus hijos, los dos peores escenarios podrían ser:

Si sigues a tiempo completo en tu empleo, lo peor que puede pasar es que no tengas tiempo para ver a tus hijos, y te pierdas momentos importantes de sus vidas.
Si arrancas tu propio negocio, puede que no ganes lo suficiente para pagar tus facturas.

Una vez que hayas imaginado el peor escenario para tus decisiones, es hora de analizarlo de forma objetiva y decidir si realmente eso podría pasar o no.

Es más fácil ponernos en modo catastrofista, pensando en todo lo negativo, que ver la realidad tal y como es, con sus puntos positivos también.

Si has creado un plan sólido para tu negocio, has leído consejos y estrategias de marketing, métodos para atraer clientes, etc., ¿de verdad crees que lo peor que puede pasar es que fracases con toda la preparación que te ha llevado?

Sí, puedes fallar, pero hay más posibilidades de que triunfes que de que fracases. Y además, si la cosas no salen todo lo bien que esperabas, siempre existen otras alternativas y soluciones que puedes poner en práctica.


4. ¿A qué le dirías tú que sí?
De nuevo, si no sabes qué es lo que realmente quieres, te va a ser muy difícil tomar una decisión.

Por eso debes hacerte esta pregunta: si no corrieses ningún riesgo, ¿a qué decisión dirías que sí? Sé sincero contigo mismo, porque tú ya sabes la respuesta.

Otra cosa es que no quieras hacerlo o tengas miedo de afrontar lo que viene después. Pero en tu interior, tu corazón ya ha tomado la decisión por ti.

Eso sí: sé realista.

No vale con decir “sí, tomaría la decisión de dejar mi empleo y crear un emprendimiento si tuviese un millón de dólares”. Esa no es tu situación real, y lo más probable es que en un periodo corto de tiempo no suceda.

La parte positiva de este ejercicio es que cuando te quitas todos tus miedos y tus preocupaciones, y piensas en qué harías si no tuvieses nada que perder, se te abrirán nuevas puertas a tu decisión que quizás antes no habrías pensado.

Si después de haber pensado en esto estás más cerca de tomar tu decisión, pero todavía te falta algo para dar el salto, pasa al siguiente consejo.

 5. La decisión que vas a tomar ¿es permanente?


Piénsalo bien: sea cual sea tu decisión, ¿es permanente e irreversible? ¿Nunca podrás volver atrás, o elegir otra alternativa distinta?

En la mayoría de los casos la respuesta es sí, podrás volver atrás y buscar otras opciones si algo sale mal. Si dejas tu empleo para ser emprendedor o trabajar en otro sitio, y no funciona, quizás no puedas volver a tu antiguo puesto.

Pero siempre podrás buscar otro trabajo, encontrar otros métodos para que tu empresa funcione…

Haciéndote esta pregunta conseguirás estar más tranquilo porque sabrás que si tomas una decisión que no es la más adecuada, siempre puedes cambiarla o arreglarla de alguna forma más tarde.


6. Confía en tus instintos


Esto es algo que respondo muchas veces a los lectores de Gananci que dejan un comentario en mis artículos porque no saben qué hacer.

Vivimos en un mundo en el que estamos desconectados de nosotros mismos, en el que cada vez nuestra actitud es más robótica, y dejamos a un lado nuestros sentimientos y emociones.

Por eso es importante que al tomar decisiones dejes que tu intuición juegue también un papel importante. Toma un camino si tú sientes que eso es lo correcto.

Estudios científicos han demostrado que las personas que toman decisiones basadas en sus instintos están más satisfechas con sus elecciones que aquellas que hacen listas con pros y contras para saber qué hacer.

Pregúntate qué es lo que realmente quieres hacer, qué te haría feliz. La preocupación y las dudas son las que realmente te están impidiendo elegir la mejor decisión para ti.

7. Crea un plan B

Pensar un poco en el futuro – pero sin obsesionarte – te ayudará a sentirte menos preocupado por la decisión que tomes y sus consecuencias.

Crea un plan B con todas las soluciones posibles en caso de que el plan A salga mal o no ocurra como tú habías esperado.

Esta es una estrategia muy popular entre los líderes y directores de grandes empresas que les permite estar más tranquilos y asegurarse de todo saldrá bien pase lo que pase.

Además, con un plan B también podrás afrontar posibles retos inesperados que se te presenten, y conseguirás ganar más habilidad para adaptarte a circunstancias no planeadas en cualquier aspecto de tu vida.

8. Finge que estás aconsejando a un amigo

Por último, si después de haber dado los pasos anteriores sigues sin poder decidirte, habla contigo mismo como si fueses un amigo que te ha pedido consejo.

Las grandes decisiones pueden causar debilidad en tus emociones, y eso nublará tu juicio a la hora de poder tomarlas.

Sin embargo, fingir que tú no tienes ningún problema, y que es un amigo el que te está pidiendo consejo puede hacer que te distancies de la situación y veas todo de forma más objetiva, pudiendo pensar más claramente en todas las posibilidades que tienes.

No es sencillo hacer este ejercicio si no estás acostumbrado a ello porque mirarte desde fuera es algo que requiere práctica.

Pero al intentarlo podrás encontrar algunas respuestas que de otro modo no las habrías obtenido, o incluso puedes pedir ayuda a un amigo real en el que confíes para hacerlo.

Tomar decisiones no es fácil, pero es la única forma de avanzar en la vida y atrapar las oportunidades cuando se te presentan. Así que ¡no las dejes pasar!

Déjame un comentario aquí abajo y dime cuál de estos 8 pasos te han ayudado más para poder tomar una decisión importante.

Andres Gananci

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.