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lunes, 2 de septiembre de 2013

TU PROPIA CREMA ANTICELULITICA DE LAVANDA




Glúteos, abdomen, piernas y caderas son zonas muy propensas a la acumulación de grasa, ofreciendo la apariencia de piel de naranja que tanto nos disgusta a todas.
Existen multitud de tratamientos quirúrgicos y técnicas novedosas para la eliminación de la celulitis rebelde, pero si el tuyo no es un problema susceptible de liposucción, y consideras que simplemente necesitas constancia en la aplicación de las cremas, te traemos una manera económica y eficaz de crear tu propia crema anticelulítica.
Toma un bote de crema hidratante.  Puede ser cualquier crema baratita, mejor aún si se trata de una crema reafirmante, pero repetimos, cualquier crema barata será más que suficiente. Únicamente la necesitamos como base de aplicación posterior.

Introduciremos en el bote 20 gotitas de aceite esencial de lavanda. Compra un cuentagotas para poder contarlas. Podrás encontrarla fácilmente en herboristerías. La lavanda ayuda a controlar la producción de grasa y a estimular la circulación sanguínea.
Añadiremos 20 gotas de zumo de limón.
Mezclaremos enérgicamente y tendremos una crema anticelulítica eficaz.

Te aconsejamos que introduzcas la crema en el frigorífico y sacarla únicamente en su momento de aplicación. El frío local en la zona mejorará la circulación sanguínea y aumentará los efectos de la eficacia de la aceite de lavanda. Aplícala energéticamente todos los días a modo de crema hidratante en las zonas de mayor presencia de celulitis.
Esta crema está contraindicada en embarazadas. Recuerda que para eliminar la celulitis es imprescindible ingerir al menos dos litros diarios de agua y practicar ejercicio de manera regular.

jueves, 15 de agosto de 2013

ACEITES ESENCIALES


La magia de los aceites esenciales actúa relajando alma y cuerpo. Además de hidratar y nutrir en superficie, quizá lo más importante de estas esencias vivas son sus virtudes relajantes, tonificantes o descongestivas.


Son esencias aromáticas muy concentradas que se obtienen a partir de la destilación de las flores, hojas, raíces, ramas, cortezas, resinas, semillas o frutos de innumerables plantas.
Estos aceites contienen sustancias (nutrientes y hor monas naturales) que combaten bacterias, virus y hongos. Se pueden utilizar en forma separada o combinados entre sí para potenciar los resultados.
Con ellos se pueden tratar dolencias manifiestas y son una protección real contra agentes que polucionan en el aire (virus y bacterias).



Cada aceite tiene una identidad, un aroma y unas características propias. Cuando los aceites se mezclan unos con otros también se están mezclados sus beneficios. Cada aceite esencial tiene su propio aroma característico y un perfil terapéutico propio. Algunos aceites son calmantes y relajantes, mientras que otros son estimulantes y vigorizantes.
Determinadas fragancias tienen efecto sobre el estado mental de quien las utiliza: el jazmín y el neroli pueden mejorar la depresión, la mejorana calma la ansiedad y la menta puede aumentar la capacidad de concentración mental. Pero un número mayor de aceites esenciales poseen propiedades terapéuticas y antibacterianas, antisépticas o antiinflamatorias. Pueden ser muy efectivos para aliviar síntomas de infecciones comunes como resfriados y gripes. 


HISTORIA DE LOS ACEITES ESENCIALES 

Chinos, hindúes, egipcios, griegos y romanos usaron los aceites durante muchos siglos como cosméticos, inciensos o perfumes, así como por sus aplicaciones tanto terapéuticas como médicas, culinarias, adoración a varios dioses y hasta en el proceso de momificación., hacia el siglo XVI los “aceites químicos” o remedios como el agua de lavanda podrían adquirirse en boticas.


En las civilizaciones antiguas, los aceites esenciales eran empleados como expresión de las concepciones cósmica y animista, los cuales respondían a las exigencias de un culto y eran asociados al principio de los encantamientos y de las teofanías. Como es el caso del jengibre o del opio, los cuales eran incluso usadas para fines religiosos como en las ceremonias Tcheou-Li y Li-Ki por los chinos.

En la India, la literatura védica describe hacia el año 2.000 a.C., unas 700 sustancias. Existiendo un punto de vista filosófico y religioso en su uso, además del propiamente terapéutico. . Hipócrates, considerado como el padre de la medicina, prescribía ungüentos y vapores perfumados a sus pacientes.
Rene-Maurice Gattefosse, un químico frances, descubrio las propiedades medicinales del aceite esencial de Lavanda cuando lo aplico a una quemadura sobre su mano después de sufrir un accidente en su laboratorio.
Después de ver los asombrosos resultados se dedico a investigar las propiedades químicas de los aceites esenciales y registrar su uso para tratar quemaduras, infecciones de la piel y ampollas en los soldados durante la 1ª Guerra Mundial.
En 1928 Gattefosse fundo la ciencia de la Aromaterapia o el uso de aceites esenciales. Para los 50’s fisioterapeutas, enfermeras, cosmetólogos, masajistas, doctores y otros profesionales de la salud empezaron a utilizar los aceites esenciales como alternativa en vez de antibióticos.