Cada vez son más personas las que dejan la medicina tradicional para conocer, utilizar sanar con la medicina natural. Uno de los procedimientos que cada vez resultan más atractivos es la hidroterapia y el uso del agua como terapia.
Se entiende la hidroterapia como el uso del agua de una forma terapéutica en pro de la salud, de combatir enfermedades del día a día ya sean afecciones físicas como emocionales como puede ser la ansiedad o el estrés.
¿Cómo funciona la hidroterapia?
Podríamos decir que la hidroterapia es un tratamiento que se basa en el uso del agua pero con diferentes tipos de presión y temperaturas. Puedes encontrarte con chorros de una presión fuerte a duchas de “agua de lluvia” o la más absoluta calma, de igual manera podemos encontrar agua a una temperatura caliente y en el otro extremo, agua fría como el hielo.
A su vez, tenemos que tener en cuenta que cada vez se tienen más en cuenta otros sentidos y no sólo el del tacto. Puedes encontrar tratamientos en los que se incluyen determinados aromas al agua o la zona donde se realiza, de la misma manera que se puede variar la cantidad de luz o los colores de ésta para conseguir sus correspondientes efectos en la sensibilidad.
Efectos de la temperatura en el organismo
Cuando utilizamos el agua caliente, el efecto que ésta tiene sobre el organismo, es que dilata los vasos sanguíneos superficiales lo que facilita la circulación por diferentes zonas.
En el caso del uso de agua a baja temperatura (fría), los vasos sanguíneos se contraen y la circulación sanguínea del interior de los órganos fluye con mayor facilidad.
Lo que suele utilizarse con mayor frecuencia es el uso de ambas temperaturas, realizando un circuito que potencie el riego sanguíneo tanto interno como externo. Absolutamente recomendable a pesar de que pueda resultaros un tanto desagradable el cambio en un principio, notaréis en seguida un bienestar absoluto.
La presión de los distintos chorros de agua, así como su efecto hidrocinético, proporcionará a la persona un masaje relajante dependiendo de los ángulos de incidencia, mejorando la circulación de retorno venosa.
¿Para qué casos se recomienda la hidroterapia?
La hidroterapia es un tratamiento natural que no resulta invasivo ni doloroso por lo que muchas personas podrían disfrutar de sus efectos beneficiosos sin necesidad de sufrir ningún tipo de afección.
Pero para aquellos en los que sí está directamente recomendado son las personas que sufren un alto nivel de estrés o ansiedad, ya que el agua y toda la ambientación ambiental que comentábamos anteriormente, ayudará a relajar cuerpo y mente en pro de un bienestar emocional y físico notable. No olvidemos que el estrés y la ansiedad se refleja también en el cuerpo con contracturas, rigidez y otro tipo de problemas físicos como a nivel emocional.
En el caso de sufrir algún tipo de lesión muscular o deportiva es una gran oportunidad de relajarse y recuperar el músculo, no sólo es bueno una temporada de descanso de deporte sino que también se pueda relajar el músculo y uno mismo.
Y, como os comentaba, no es necesario sentir ningún tipo de afección para disfrutar de un momento de descanso y bienestar. Todos deberíamos desear cuidarnos a todos los niveles disfrutando de mayor bienestar, por lo que siempre es recomendable disfrutar de la hidroterapia tanto para el cuidado como para la belleza.
Cómo Aumentar los Efectos Terapéuticos
Para aumentar los efectos terapéuticos de los baños curativos se les puede añadir hierbas, aceites y minerales que se pueden conseguir en la mayoría de las tiendas naturistas.
Las hierbas de uso común en la hidroterapia son:
la manzanilla, jengibre, paja de avena, salvia, madera de cedro, limón, rosa, árbol de té, vinagre de manzana, bicarbonato, almidón, hojuelas de avena, etc.
Los procedimientos de la hidroterapia se pueden combinar con la medicina alópata para acelerar la recuperación de la persona, mientras que algunos otros casos se podrán utilizar solos.
Sin embargo, la aplicación más importante de la hidroterapia es casera, donde se usa como un medio sencillo y económico para controlar algunos padecimientos leves.
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